¿Pertenecer a qué? A una comunidad, se supone, ir más allá de un colectivo colaborativo, ¿Y para qué? ¿lo necesitamos?
El sentimiento de pertenencia nos enriquece. Formar parte de un todo, un grupo, un equipo… las relaciones entre los miembros de una comunidad provoca que surjan situaciones, comportamientos o ideas que no surgirían por separado. Y eso nos hace sentir bien y además nos beneficia.
¿Y qué sucede cuando esta comunidad se convierte en virtual? ¿Os ha pasado esto debido al confinamiento por ejemplo? ¿Y antes?
¡Cuántas preguntas! Vamos a resolverlas.
¿Por qué es importante el sentimiento de pertenencia en el entorno laboral?
En nuestro ámbito personal está claro que nos relacionamos con nuestros familiares, amigos, con compañeros de aficiones, etc. Actuamos así de forma innata y socializamos casi por necesidad. Se trata de una motivación emocional, intrínseca.
En el ámbito profesional replicamos esa socialización con los compañeros de trabajo, con nuestros clientes y proveedores, responsables y coworkers. Sabemos que si trabajamos en equipo, en comunidad, lograremos antes y mejor nuestros objetivos individuales y compartidos.
En ambos ambientes, nos comportamos así porque nos reconforta, nos sentimos bien y acompañados, y eso saca lo mejor de nosotros mismos.
Entonces, para poder mantener este bienestar, este sentimiento de pertenencia en cualquiera de nuestros entornos sociales, es vital dar lugar a dinámicas de relación que nos permitan interactuar física o virtualmente.
Actualmente aún es más complicado velar por este sentimiento de pertenencia porque tenemos muchas más limitaciones físicas. La idea sería pensar en qué acciones llevábamos a cabo hasta ahora o aquellas que nos gustaría realizar, y “transformar” estas acciones cara a cara en acciones digitales.
Si nos centramos en el entorno laboral y el teletrabajo podemos propiciar alguna de estas iniciativas:
“¿Qué tal estás?”Debería ser la pregunta obligada antes de tratar cualquier asunto. Pero una pregunta de verdad. Deberíamos interesarnos y preocuparnos realmente en cómo está esa personas con la que trabajamos porque antes de profesionales somos eso, personas. Algunos de nosotros estamos llevando muy bien el teletrabajo porque realmente valoramos todo lo positivo que nos aporta. En cambio, muchos otros, tendemos a valorar los aspectos más negativos, especialmente la falta de contacto social. Y a partir de ahí… ¡manos a la obra!
Reuniones de seguimiento de proyectos. Las podemos seguir haciendo en formato online. Existen muchas herramientas para llevarlas a cabo… herramientas que ya existían y que vale la pena “explotar”. Meet, zoom, teams… ¡Con cámaras abiertas, por favor!
Grupos de trabajo transversales. Pueden seguir llevándose a cabo. Es más, deberían potenciarse, así aumentamos el contacto social profesional más allá de nuestro día a día.
Proyectos compartidos. ¿Cuántas veces nos hemos sentado en una mesa para trabajar juntos en un mismo proyecto? ¡Pues se puede seguir haciendo! Desde compartir archivos en Drive, gestionar tareas pendientes con Trello, Slack para trabajar y comunicarse por canales… ¡Encuentra la tuya!
Formaciones internas y externas. ¡Se siguen haciendo! Puedes… ¡podéis! asistir a webinars y workshops externos e incluso organizarlos internamente. Puede ser buen momento para gestionar el conocimiento que tiene el equipo o aquel conocimiento que aprenden porque precisamente están participando en eventos digitales externos. Es más, no sólo cuentes con tu equipo; quizás un proveedor puede hacer de catalizador de nuevos aprendizajes. Incluso puedes encontrar cursos como «Aprende a vender por Instagram«
Afterworks o actividades extralaborales. ¡No olvides el contacto personal “porque sí”! El ambiente más informal puede dar lugar a situaciones divertidas o simplemente relajadas en que cada uno explique cómo se siente y “cómo lleva esto del teletrabajo”.
Aprovechar las redes sociales. En la línea de lo anterior, podemos crear espacios de relación entre los miembros de nuestra comunidad y tener una plataforma para mostrar lo que hacemos posible entre todos y todas.
La clave es aprovechar las ventajas que nos ofrece la tecnología para mantener nuestras relaciones interpersonales y seguir trabajando de forma colaborativa, aunque sea en formato digital. Eso sí, “poniéndonos cara” siempre que sea posible.
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La figura del Community Builder como facilitador del sentimiento de pertenencia
Y para romper un poco con lo habitual, os queremos hablar de la figura del community builder. Es literalmente el “constructor de una comunidad”, un rol emergente en los últimos años cuya misión es facilitar las relaciones entre los miembros de una comunidad, propiciando nuevas dinámicas y resultados.
Es un facilitador que trabaja para un propósito común, que se cumplirá si se consigue ese sentimiento de pertenencia. Conoce a todos los miembros de la comunidad y saca lo mejor de cada uno de ellos.
¡Fijaos si es importante el sentimiento de pertenencia, que se está debatiendo si debe haber una persona que vele por él! Y la clave quizás es no designar a alguien, sino reconocer la importancia del sentimiento en sí y repartir la responsabilidad de este rol en vuestro entorno.
La cuestión es, con etiquetas o sin ellas, ¿qué hace el/los community builder para fomentar el sentimiento de pertenencia?
Llevar a cabo acciones que cumplan las necesidades y las ilusiones de los miembros de la comunidad.
Hacer partícipes a los miembros de la comunidad de decisiones que afecten a la propia comunidad.
Escuchar activamente y saber -no suponer- aquello que necesita el resto.
Fomentar las relaciones profesionales entres los miembros.
Ser un miembro más de la comunidad.
Conclusión
El teletrabajo hace aflorar nuestra parte más digital, incluso ermitaña- ¡Y además nosotros os hablamos de aprovechar las ventajas de las herramientas tecnológicas.
Y tan importante como esto es la transformación o evolución de nuestra parte más humana: reinventar el liderazgo y el tipo de relaciones en nuestro entorno. Se trata de humanizar nuestras relaciones a la vez que las hacemos más tecnológicas, porque debemos dar cabida a la expresión de las emociones de las personas que nos rodean.
Eso es pertenecer, eso es cuidar y cuidarse.
Post By Miriam de Currículum y Trabajo
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